30 de abril de 2011

Informe APA: Carga emocional y recuerdo

Resumen

El experimento que hemos realizado trata sobre la influencia de la carga emocional y el tipo de procesamiento, bien presemántico o bien semántico, en el recuerdo.

Hemos sometido a una muestra de treinta y dos participantes a una tarea (T.O1 o T.O.2) en la cual, se le presentaron treinta y seis palabras con distinta carga emocional para que, tras realizar una tarea distractora, recordasen las palabras previamente presentadas. La hipótesis sostenida era que las palabras con carga emocional se recuerdan mejor que las neutras y, además, quisimos comprobar también si es cierto que las mujeres recuerdan con mayor facilidad que los hombres las palabras con carga negativa.

Pudimos comprobar que efectivamente la carga emocional de las palabras incrementa el recuerdo. Sin embargo, no podemos afirmar que las mujeres recuerden más los contenidos emocionales específicamente negativos, sino que recuerdan mejor los contenidos emocionales en general, ya sean estos positivos o negativos.

¿La carga emocional influye en el recuerdo de hombres y mujeres?

En el siguiente estudio averiguaremos si la carga emocional influye en el recuerdo, ya que se dan situaciones en el día a día que indican que efectivamente esto es así. Por ejemplo, si preguntamos a cualquier persona qué hizo el día 24 de febrero de 2006 lo más probable es que no recuerde nada, pues no fue un día significativo para la mayoría de la población. Sin embargo, si a esa misma persona le preguntamos después qué hizo el 11 de marzo de 2004 o el día en que España ganó el Mundial es mucho más fácil que lo recuerde. Esto es debido a que las dos últimas fechas señaladas son acontecimientos con gran carga emocional (en un caso negativo como el 11 de marzo y en otro positivo como la victoria de España) y tienen consecuencias para nuestra vida cotidiana.

El estudio realizado por McGaugh y su discípulo Larry Cahill confirmó esta misma hipótesis: las emociones se asocian mejor a la memoria y al aprendizaje. Según el propio Dr. James McGaugh, de la Universidad de California (Irvine) esto es así porque “el cerebro se aprovecha de los neurotransmisores liberados durante la respuesta al estrés y de las emociones fuertes para regular la intensidad con que se almacenan los recuerdos”.

Para poder comprobarlo, establecimos una situación experimental consistente en la presentación de una serie de palabras con distinta carga emocional: positiva, negativa o neutra, y una catalogación en palabras semánticas o palabras presemánticas para verificar que en ambas categorías la carga emocional de las palabras influye en su recuerdo. Además, se incluyeron 6 palabras de relleno para que los sujetos se habituaran a la tarea.

También quisimos comprobar si es cierto que las mujeres recuerdan mayor número de palabras negativas que los hombres, pues es lógico pensarlo si tenemos en cuenta que la mayoría de los autores coinciden en que existe un predominio de trastornos como la depresión o la ansiedad en mujeres. De ser así, podríamos concluir que el elemento cognitivo es seguramente una de las causas del trastorno, entre otros muchos factores.

 

Método

Participantes

Se escogieron 32 participantes de edades comprendidas entre 12 y 82 años y con distintos niveles académicos para hacer una muestra generalizable a toda la población. De ellos 13 eran varones y 19 mujeres.

Materiales

Fueron utilizados para la realización del experimento: tarjetas de papel con cada una de las palabras impresas a ordenador con el mismo tipo de letra para que no se produjeran dificultades a la hora de interpretar los resultados y evitar posibles sesgos. También se utilizó una tarea distractora consistente en un folio con un conjunto de letras al azar en el que los sujetos debían localizar una combinación específica de letras. En este caso las “X” precedidas de una “A”.

Por último, las palabras recordadas se apuntaron en un folio.

Diseño

Las Variables Independientes eran: el género (masculino o femenino), la valencia afectiva de las palabras presentadas a los sujetos (positiva, negativa o neutra) y, por otro lado, su nivel de procesamiento: semántica (donde tenían que decir cuán agradable les parecía la palabra en una escala del 1 al 5 donde 1 era muy desagradable y 5 muy agradable) o presemántica (donde únicamente tenían que contar el número de consonantes). Lo que se pretendía es que en las presemánticas no prestaran atención a la carga emocional de la palabra, mientras que en la semántica era justo lo contrario y ver si esto afectaba en el recuerdo de cada tipo de palabra.

En la Tarea de Orden 1 las palabras catalogadas como semánticas fueron: Átomo, Caricia, Resorte, Cálculo, Mentira, Fiesta, Posición, Materia, Combate, Delito,

Comercio, Fracaso, Salud, Fascismo, Infancia, Poema, Miseria y Encargo. Mientras que las palabras presemánticas fueron: Música, Influjo, Enmienda, Confianza, Límite, Risa, Diálogo, Cuestión, Asalto, Violencia, Descanso, Medida, Tratado, Abuso, Volumen, Fundación, Linaje y Martirio.

Para la Tarea de Orden 2 se utilizaron las mismas palabras pero las que fueron catalogadas como semánticas en la Tarea de Orden 1, en la Tarea de Orden 2 se presentaron como presemánticas y viceversa. En ambas tareas el orden de presentación de las palabras fue el mismo para todos los sujetos.

La clasificación de las palabras fue la clasificación estándar proporcionada por el profesor en las que las palabras de valencia positiva eran: Diálogo, Salud, Descanso, Poema, Música, Infancia, Fiesta, Risa, Confianza y Caricia; de valencia negativa: Violencia, Fascismo, Martirio, Miseria, Combate, Fracaso, Asalto, Delito, Mentira y Abuso; palabras neutras: Átomo, Volumen, Resorte, Comercio, Materia, Límite, Linaje, Enmienda, Posición y Medida y por último las palabras de relleno eran: Tratado, Cálculo, Influjo, Cuestión, Fundación y Encargo.

Además, para ver si existían diferencias en el recuerdo de la carga emocional entre mujeres y varones se asignó un número similar de varones y de mujeres a cada una de las dos tareas.

Procedimiento

Se dividió a los sujetos en los dos tipos de tarea de manera que cada uno realizaba únicamente la T.O.1 o la T.O.2. La tarea asignada a cada sujeto fue al azar y se igualó también el número de hombres y mujeres en cada tarea.

A cada participante se le pidió que o bien dijeran el número de consonantes de la palabra (si se trataba de una palabra presemántica) o que nos dijeran cómo de agradable les resultaba en una escala del 1 al 5 (en caso de que fuera semántica).

Tras presentarle a cada sujeto las treinta y seis palabras, se les realizó una prueba distractora en la cual tenían que indicar el número de “X” precedidas de una letra “A”.

Esta tarea nos sirvió para que los sujetos desviaran la atención de las palabras que les habíamos presentado anteriormente y asegurarnos que el posterior recuerdo se debía a la carga emocional que tenían esas palabras para ellos, y no por ningún otro factor cómo el tiempo transcurrido desde la tarea realizada y el recuerdo posterior.

Por último se les pidió a los sujetos que recordaran las palabras que habían observado y se recogieron los resultados.

 

Resultados

Se esperaba al hacer el experimento que los sujetos recordasen mejor las palabras con carga emocional que las neutras y más de tipo semántico que presemántico. También que las mujeres recordasen más palabras negativas por término medio que los hombres.

Los resultados fueron complejos. En primer lugar, se comprobó que en palabras presemánticas se recordaron por igual palabras con carga positiva que palabras neutras, pero que en el caso de que la palabra tuviese valencia negativa el recuerdo se incrementaba ligeramente.

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En las palabras de tipo semántico no ocurrió lo mismo: las palabras más recordadas fueron aquellas con carga emocional (independientemente de si ésta era positiva o negativa), lo cual apoya nuestra hipótesis inicial de que la carga emocional favorece el recuerdo.

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También hemos podido comprobar que con la tarea de contar las consonantes que se encomendó a los sujetos en las palabras presemánticas conseguimos nuestro objetivo de desviar la atención del significado emocional y de la palabra en general, pues el recuerdo en este tipo es mucho menor que en palabras semánticas.

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Por último, en la comparación por género descubrimos algunos datos relevantes. Si nos centramos en el tipo semántico (en el que los sujetos pudieron realizar una evaluación consciente del agrado o desagrado que le producía la palabra) podemos comprobar que efectivamente las mujeres recuerdan más palabras con carga emocional negativa que los hombres, aunque también ocurrió lo mismo con las que presentaban carga emocional positiva. Las palabras neutras se recordaron por igual en hombres que en mujeres. Esto nos obliga a matizar la hipótesis de que las mujeres recuerdan más las palabras negativas, pues en realidad lo que los resultados nos muestran es que recuerdan con mayor facilidad las palabras con carga emocional que los hombres.

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Discusión

Lo esperado al realizar este experimento era que tanto los varones como las mujeres recordasen mejor las palabras con carga emotiva que las neutras y más palabras de procesamiento semántico que presemántico. También que las mujeres recordasen un número más elevado de palabras negativas que el recordado por los hombres.

En vista de los resultados obtenidos, podemos concluir que nuestra hipótesis:” las palabras con carga emotiva se recuerdan mejor que las neutras” fue confirmada, ya que, independientemente de que la palabra fuera positiva o negativa, presentaba un mayor número de recuerdos que una palabra neutra.

El problema en el experimentos lo encontramos a la hora de comprobar si:”las mujeres recuerdan con mayor facilidad que los hombres las palabras con carga negativa”. Debido a que como muestran los resultados las mujeres recordaron más palabras con carga emocional que los varones, pero no se apreciaron apenas diferencias entre varones y mujeres el tipo de carga emocional recordada. Por lo que podemos concluir que nuestra segunda hipótesis a demostrar no se confirma.

Otra observación es que en un futuro experimento sería aconsejable crear otra clasificación de palabras positivas, negativas o neutras según la puntuación que cada sujeto asignó a las palabras en el nivel de procesamiento semántico. Pensamos esto ya que nos dimos cuenta de que, en algunas ocasiones, la clasificación estándar no se ajustaba a la perfección a todos los individuos por la existencia de diferencias individuales que hacían que, por ejemplo, hubiera sujetos a los que la palabra “combate” (que en principio estaba incluida en carga negativa) les pareciera muy agradable o palabras de relleno como “cálculo” o neutras como “comercio” muy desagradables. Observamos que justo las palabras neutras o de relleno que clasificaron con un 1 o con un 5 porque les llamaron especialmente la atención las recordaron siempre. Por eso, para evitar este sesgo, sería aconsejable unir el método de clasificación que hemos seguido en el presente experimento con el que acabamos de explicar y comparar la clasificación estándar con la de individual de cada sujeto.

Par concluir, hay que añadir que el propio estado de ánimo de los sujetos pudo haber influido a la hora de responder a las tareas y de considerar la carga emocional de las palabras.

 

Trabajo realizado por: Paula, Laura, Arturo y Bruno.

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